viernes, 12 de septiembre de 2025

Voces humanas que “ponen la piel chinita”

Bien y a la Primera 

Omar Espinosa

Insisto, una voz humana sabe quebrarse, vacilar, hacerse ceniza o encender mariposas. La entonación imperfecta, el susurro emocional, una pausa emotiva o la tensión contenida tienen vida. Una Inteligencia Artificial (IA) puede imitar melodía, pero no puede sentir el nudo de garganta ni soltarlo en un “te lo digo con el alma”.

Es la sutileza emocional, la respiración cargada de nostalgia o el temblor honesto lo que hace que alguien diga: “esto me conmovió”.

La radio en México, Latinoamérica y España vivió su época dorada entre las décadas de 1930 y 1960; un período en el que las voces se volvieron un legado cultural imborrable.

En México, locutores como Pedro de Lille y María Elena Mestas marcaron el camino en la época de oro, siendo pioneros en la formación de la locución nacional.

En España, figuras como Luis del Olmo e Iñaki Gabilondo fueron pilares del periodismo radiofónico, revolucionando las tertulias y entrevistas con un estilo cercano y riguroso.

En Latinoamérica, Argentina aportó con el carismático Antonio Carrizo, cuya voz se convirtió en símbolo del siglo XX.

Estas voces, ahora rescatadas en archivos como "Sonidos Perdidos de la Radio", son testimonios de una época donde la locución era un arte y la voz un instrumento para tocar emociones profundas.

La experiencia emocional que ofrece la voz humana en la radio no puede ser replicada por la inteligencia artificial, pues las técnicas vocales aplicadas por locutores y actores son el resultado de años de aprendizaje en respiración, impostación, dicción, control del tono, ritmo e intensidad; habilidades que fortalecen el vínculo íntimo con el oyente y hacen posible la transmisión de emociones genuinas, de esas que generan recuerdos imborrables.

Además, la voz humana incorpora pausas, matices sutiles y silencios cargados de significado, que construyen la narrativa sonora y establecen una conexión empática, imposible de simular con algoritmos.

Actualmente en 2025, existen más de una docena de aplicaciones libres y sin costo para la creación de voces artificiales realistas y personalizables, tal como OpenAI .fm, que ofrece generadores de voz basados en inteligencia artificial con una amplia variedad de acentos, estilos y tonos, empero, hay tecnologías de clonación que replican voces de locutores profesionales sin consentimiento, lo que ha generado controversias en la industria, haciendo que actores y actrices del doblaje, así como profesionales de la voz, alcemos la voz para que los poderes del Estado en México legislen el uso de estas tecnologías, especialmente en estaciones de radio y televisión concesionadas, para evitar el uso indebido, la pérdida de empleos y la vulneración de derechos profesionales.

En países de habla hispana, la legislación sobre clonación y uso de voces con inteligencia artificial está en desarrollo y ya existen avances relevantes, un ejemplo es España, donde la Constitución protege la voz como parte del derecho al honor, intimidad y propia imagen, también su Ley Orgánica 1/1982 establece que su uso sin consentimiento para fines comerciales es una intromisión ilegítima.

En México, el artículo 211 bis del Código Penal Federal sanciona la revelación, divulgación o uso indebido de información obtenida de una intervención de comunicación privada, imponiendo penas de seis a doce años de prisión y de 300 a 600 días de multa. Además, el uso de la voz sin consentimiento es una violación de la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares.

No obstante que no existe una ley específica sobre clonación vocal, actores de doblaje han impulsado iniciativas para establecer regulaciones que protejan la voz como dato personal.

En Argentina y Chile también se discuten legislaciones para reglamentar el uso de voces replicadas, buscando sanciones que van desde multas económicas hasta penas judiciales por daños morales y vulneración de derechos.

La ausencia de un marco legal robusto en los países latinoamericanos ha provocado que se intensifique el llamado para que las autoridades actúen pronto.

Y aunque parezca vinilo rayado de los años 80, lo escribiré en esta columna, expresaré en diversos foros y hablaré siempre con libertad; en voz alta: “La radio con voz humana es un arte en riesgo.”

La calidad emocional, la autenticidad y la capacidad de conectar que tienen las voces naturales no pueden ser suplantadas por inteligencias artificiales sin alma. Es imprescindible legislar con precisión para proteger a quienes hacemos vibrar las ondas radiales con la voz y para salvar la experiencia sonora, esa que ninguna máquina podrá jamás, nunca reemplazar.

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